Las Crónicas de las Cruzadas

Si te gusta la historia, la Edad Media o te interesan las guerras y las Cruzadas, necesitas esta obra.

Las Cruzadas eran una serie de expediciones militares cristianas, impulsadas por la Iglesia católica, que ocurrieron durante la Edad Media con el objetivo de recuperar los lugares santos.

En esencia, las cruzadas respondían a un motivo religioso. Aunque es cierto que la única cruzada que cumplía con su razón de ser inicial fue la Primera Cruzada.

Las sucesivas Cruzadas surgen por motivos económicos y sociales. Por una parte, barones y caballeros, se veían impulsados por el ánimo de lucro y el deseo de conquista, lo que contribuyó a arruinar las expediciones. Por otra parte, iban acompañados de gente humilde a los que sí les movía una motivación más espiritual impulsados por las llamas del papa Urbano II.

La Iglesia apoyaba este fenómeno para tratar de evitar las guerras internas, tan frecuentes en Europa medieval. Se produjo un éxodo de guerreros de Europa muy positivo para Occidente, pues conseguía que buena parte de los causantes de sus endémicas guerras desaparecieran. También, provocaron la expansión europea en nuevos campos.

Representación del asedio de Antioquía durante la Primera Cruzada en una miniatura medieval de Jean Colombe.

«Las Crónicas de las Cruzadas» contiene un análisis completo de «Las Crónicas de Jerusalén abreviadas», encargado por Felipe III el Bueno.

  • Descubra esta genealogía sobre los antecesores y familiares de Felipe III el Bueno que viajaron a Tierra Santa a emprender las Cruzadas.
  • Conozca este manuscrito de enorme importancia codigológica.
  • Disfrute de las bellas iluminaciones que ilustran crueles batallas y violentos asaltos a las ciudades.
  • Deléitese con la ornamentación, elemento esencial.

EDICIÓN DE ARTE ÍNTEGRA Y COMENTARIOS

Este Art Book analiza Les Chroniques de Jhersualem Abrégées, Wien, Osterreichische nationalbibliothek, Ms. 2533.

"LAS CRÓNICAS DE LAS CRUZADAS" HA SIDO REALIZADO POR:

Transcripción y traducción del texto, un comentario sobre el códice y un estudio paleográfico a cargo de Carlos Sáez, catedrático de la Universidad de Alcalá.

Estudio sobre la miniatura la cual ha sido llevada a cabo por Juana Hidalgo Ogáyar, profesora titular del Historia del Arte de la Universidad de Alcalá.

Es una crónica elaborada según parámetros genealógicos.

  • Describe la Primera Cruzada: sus complicaciones, las relaciones con el Emperador de Bizancio, las batallas y marchas hasta la conquista de Jerusalén y la fundación de tres estados por los cruzados.
  • Narra las luchas con emires y sultanes, la campaña de Saladino y su recuperación de Jerusalén, las rivalidades e intrigas entre los cruzados y el dominio militar.
  • Expone los resultados de la Quinta Cruzada y hechos importantes, como la oferta frustada de Saladino de devolver Tierra Santa.

La heráldica, la estructura y la ornamentación demuestran que Felipe se consideraba el sucesor de Godofredo de Bouillón, uno de los grandes líderes de la Primera Cruzada, y cómo pretendía convertirse en un famoso caballero aliado de las Cruzadas.

Posee una función propagandística y política, ya que evoca a sus antepasados. Al mismo tiempo, pretende emular sus hazañas, sin éxito, con su consecuente  componente nostálgico .

Cuando el Papa Urbano II hizo un llamamiento a la Cristiandad para la Primera Cruzada, fue uno de los primeros  caballeros en acudir, en 1095. 

Vendió la mayor parte de sus dominios para financiar un ejército propio, con el que llegó a Constantinopla en 1096. Prestó vasallaje al emperador bizantino a cambio de víveres y tropas. Y, tras su destacada participación en varias batallas victorias, se convirtió en jefe de los cruzados. 

Éstos le nombraron rey de Jerusalén una ves tomada la ciudad, en 1099. Pero no admitió el título, alegando humildad cristiana, y lo cambió por «protector del Santo Sepulcro».

Fue encargado por Felipe III el Bueno de Borgoña, tras comprometerse a emprender una nueva Cruzada para rescatar Constantinopla, que había sido tomada por los turcos en 1453.

Esta idea fue respaldada por el Papa Pío II en 1463. A él, se unieron Venecia y el rey de Hungría, Matías I. Sin embargo, la muerte del Papa en 1464, cuando iba a embarcar, frustró el proyecto.

Felipe el Bueno, portando el collar de la Orden del Toisón de Oro. Obra de 1450 de Roger van der Weyden.

Fue gobernante de Borgoña. Logró constituirse como monarca independiente. Heredó Borgoña, Flandes y Artois. 

Comienza su reinado, en 1419, aliado a los ingleses, encabezados por Enrique V, luchando contra los franceses, para vengar la muerte de su padre. Entonces, proclaman Delfín de Francia al entonces rey Carlos VII, en 1422. Esto, junto con lo ocurrido con Juana de Arco, provoca que Felipe vuelva a aliarse con los franceses, firmando la Paz de Arrás, en 1435. Con lo que el Ducado de Borgoña dejaba de ser vasallo del Reino de Francia.

Fundó la Orden del Toisón de Oro. Sus fines se centran en la defensa de la Fe católica y el inicio de una Cruzada. Gracias a ella, asegura la unidad política. 

Convirtió Brujas en uno de los focos artísticos más importantes del s. XV, debido a su gran labor de mecenas. Su decisión de trasladar su residencia a esta ciudad, supuso que muchos artistas flamencos no emigraran, esperando a servirle. Financió numerosas obras de lujo con enfoque histórico, entre los que se encuentra Las Crónicas de Jerusalén abreviadas. 

Su biblioteca fue una de las más lujosas de la época: entre 850 y 900 manuscritos y casi 350 libros litúrgicos. Sumándole, la herencia de su padre, Juan sin Miedo, de 250 manuscritos.

Tenía predilección por novelas de caballería, las crónicas y la historia antigua. Siguiendo la tradición de otros Valois demandaba libros de alta calidad, contribuyendo al crecimiento de una miniatura flamenca muy refinada.

El manuscrito fue redactado por un escriba anónimo en Lille, según una pequeña nota realizada por él mismo. Se apunta a Jean Miellot. Fue autor, escriba y traductor de Felipe el Bueno desde 1440 y canónigo de la iglesia de San Pedro en Lille desde 1454. Otros autores opinan que fue David Aubert. Es uno de los escribanos flamencos de esta época del que más noticias tenemos, debido a las numerosas inscripciones que dejó en los 36 manuscritos y a la abundante documentación de archivo.

Se barajan varios nombres de posibles iluminadores: Maestro de Girart de Roussillon, Dreux Jean, a Philippe de Mazeroles, y a Guillermo Vrelant. El más sonado es Dreux Jean.

El códice se termina en Lille, en diciembre de 1455. Permanece en la Corte de Borgoña, hasta 1487, fecha de su primera catalogación.

A partir de 1517, están inventariadas como pertenecientes a Carlos I de España y V de Alemania, de quien pasaron a su hermano, Fernando I, Emperador del Sacro Imperio desde 1558, ya que, en 1619, aparecen en el inventario del Emperador Matías, nieto de Fernando I.

El 20 de diciembre de 1752 fueron transferido desde el Tesoro Imperial de Viena a la Biblioteca Nacional de Viena donde hoy día se conservan.

El códice está decorado con 87 miniaturas. Son muy luminosas y bastante uniformes. La temática abarca el asedio y la conquista de ciudades, la representación de reyes de Jerusalén y otros personajes. Además de narrar milagros y mostrar escenas costumbristas.

Predomina el azul clásico de lapislázuli combinados con un rojo oscuro fuerte. El rojo carmín resalta. También hay algunos detalles en oro.

Posee formas góticas, cuando representa el presente.; románico, cuando es un hecho de una época lejana.

DETALLES DE LA OBRA:

Les Chroniques de Jhersualem Abrégées (Las Crónicas de Jerusalén Abreviadas)

544 x 282 mm. Formato apaisado.

Manual. Pergamino sobre tabla.

Siglo XV (1455)

978-84-935302-4-2.

Ms. 2533, Biblioteca Nacional de Viena, Viena (Osterreischische Nationalbibliothek, Wien).

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